Desde los comienzo de la humanidad el hombre ha trabajado las materias primas para conseguir herramientas que le hiciesen la vida más fácil. De igual forma, y como elemento ornamental, se usaban piedras y metales para la decoración. En un principio se consiguió dar forma a las piedras, y posteriormente con el avance del tiempo se logró domar materiales tales como el metal. Todo ello dio paso a nuevas profesiones. La joyería no estuvo al margen de tal evolución y se convirtió en un oficio artesanal cada vez más sofisticado debido a la habilidad que tenían los maestros orfebres para dar forma a los metales y las gemas. Con el uso de las gemas para la joyería nacieron otros oficios tales como el estudio de las gemas; la gemología.
En un principio muchas de las gemas se consideraban auténticas maravillas por la creencia de que tenían elementos mágicos así como propiedades sagradas. Se pensaba que algunas gemas podían sanar determinadas enfermedades, otras eran desechadas por la creencia de que daban mala suerte. Otras, por el contrario, se decía que traían buena suerte a quienes las portaban. A fecha de hoy siguen existiendo determinadas creencias en este sentido, siendo que la esmeralda se considera una gema que atrae la buena suerte. Con el paso de los años, el desarrollo industrial ha permitido que determinados metales y gemas sean utilizados para determinados sectores industriales. El diamante en polvo es un claro ejemplo de cómo, y debido a su dureza, ha ido implementándose en diversos sectores de la industria tales como el petrolífero a través de las brocas con polvo de diamante.
De igual forma muchos discos de pulido llevan incorporado el polvo de diamante con el fin de poder dar forma a materiales que de otra manera sería prácticamente imposible trabajarlos eficazmente. No obstante el destino de determinados metales como el oro, el platino y la plata, así como determinadas gemas como los diamantes, los rubíes, zafiros y esmeraldas, ha ido cada vez más ligado a la industria de la joyería. Por tanto la joyería ha evolucionado de igual manera que lo han hecho otros sectores a lo largo del tiempo, siendo que las diferentes revoluciones industriales han permitido que las joyas sean cada vez más sofisticadas y elaboradas.
Las Joyas siempre fueron parte de la cultura de la humanidad. Se tiene conocimiento de este hecho hace ya más de cien mil años, desde el mismo momento en que tenemos conocimiento de que los seres humanos comenzaron a usar ropa y herramientas. Los materiales utilizados al principio eran producidos a través de los materiales disponibles por aquel entonces. Las piedras, las plumas de las aves, los propios huesos de los animales que cazaban, las conchas del mar, la madera e incluso la obsidiana, considerada como una piedra semipreciosa, eran elementos utilizados para la fabricación de joyas.
Con el paso del tiempo y el avance de la tecnología, los artesanos empezaros a dar forma de manera más profesional los materiales que utilizaban. Así empezaron a usar metales y piedras preciosas en verdaderas obras de arte, influyendo en la propia cultura y en determinados estilos de la joyería actual. En determinadas épocas históricas de la humanidad las joyas representaban una forma no verbal de expresión. Su significado estaba ligado a la riqueza, al rango social, la afiliación política e incluso religiosa. También en algunas ocasiones las joyas se llevaban por afecto a otra persona. La joyería ha pasado a lo largo de la historia como un arte atemporal en continua evolución y perfeccionamiento.
Existen tres etapas históricas en el desarrollo de la joyería. En primer lugar tenemos la civilización antigua con Egipto, la Indica y China. Fue en Egipto y Mesopotamia donde se establecen determinados estándares en los materiales ligados a los metales, las gemas y algo muy importante a la hora de entender el arte de la joyería de aquella época, la fabricación del vidrio. Esta época marca determinadas pautas para las civilizaciones europeas que vinieron posteriormente. Muchas de las tendencias actuales de la moda provienen de hace más de tres mil quinientos años.
La India convirtió la joyería en parte íntegra de su vida cotidiana al ensalzarla a través de la ornamentación religiosa. Fueron los primeros en conquistar el procesamiento del oro, desarrollando mucho antes que nadie el arte de las joyas de oro. China, con posterioridad, impulsa el desarrollo de la joyería como arte y difunde lentamente su desarrollo por el resto de Asia. El estilo Chino se basa en la propia naturaleza, los animales y muy especialmente en los dragones, elemento tradicional en su cultura y que llega hasta nuestros días y que sigue desarrollándose en la actualidad.
Una vez caída la civilización egipcia, Europa toma el testigo y entra con fuerza en la joyería de la innovación. Pasaron muchos años hasta conseguir ser el epicentro del sector de la joyería como consecuencias de las innumerables situaciones históricas por las que pasó Europa. No podemos olvidar que Europa estuvo más de mil años aislada debido al hambre, las innumerables guerras y las continuas plagas que desolaban el continente. Fue en Europa occidental, una vez tomaron contacto con otras civilizaciones a través de las famosas cruzadas cuando el conocimiento y las ideas que permitió el nacimiento de la época del renacimiento. La riqueza que comenzó a tener la nobleza, la iglesia y la realeza, dio paso posteriormente a una clase media a través de los descubrimiento y la revolución industrial. Ello contribuyó notablemente a popularizar la joyería con nuevos diseños y nuevas tendencias en la moda. Fue una época de constante evolución de tendencias. Los diseñadores eran en muchos casos atrevidos en su modelaje, otros buscaron a través de los hallazgos en las ruinas diseños en los que se inspiraron para las joyas del Art Decó y el Romanticismo.
Desde hace más de cien mil años la humanidad ha buscado el lenguaje no verbal a través del arte en su conjunto y del arte ornamental en particular. Con el nacimiento de la metalurgia se intensificó el desarrollo de la joyería, siendo que ésta ha servido a grandes historiadores para conocer mejor la historia de las culturas antiguas. Por tanto, y sin duda alguna, podemos afirmar que la joyería permanecerá para siempre como parte intrínseca de la humanidad en todas y cada una de las civilizaciones que han existido y existirán.